miércoles, 12 de mayo de 2010

La astrología y yo

Nací bajo el signo del carnero, sol en Aries y ascendente Libra.
Mi luna la tengo en Acuario, lo que agrega más sabor a la ya jugosa
combinación.
El día que me explicaron la carta natal, me cayeron varias tejas. Ahá!! me dije,
ahí está la madre del cordero, que es primo hermano del carnero, by the way.
Por eso es que voy como mosca a la miel con lo primero que se me oponga. Me enamoro
de mis propios sueños y después quiero que el otro me los cumpla. Ahí está por qué me cuesta tanto aceptar un no, y puedo inventar lo que sea para intentar cambiarlo aunque eso me cueste después sufrimientos imposibles. Esa es la explicación de por qué prefiero carecer de algo que necesito si lo que está disponible no es bello según mis estándares estéticos.
Saber que fui bautizada con estas energías es hasta tranquilizador, porque estas son las herramientas con las que vine al mundo. Conocerlas y aprender a usarlas es siempre mejor que renegar de ellas. Ahora estoy conciente de que gran parte de mi sufrimiento tiene que ver con esto, después de todo soy una simple ser humana, con un ego medio paranoico, que intenta desplegar alas pero todavía no pasa del vuelo rasante.
Interesante, ¿no les parece?

Por el camino del agua

Así podríamos vivir, imitando al agua que corre desde la montaña al mar, siempre contenta,
con un propósito claro, que es llegar al mar, al océano donde miles de otras aguas convergen para continuar haciéndose nube allá en el cielo y dejar que los vientos las vayan llevando adonde sea que tenga que ir y luego preciparse en gotas de lluvia o copos de nieve y seguir cumpliendo los ciclos.


Pero el secreto del camino del agua está en su natural tendencia a cumplir su tarea de ser agua en el estado que le corresponda, el agua se es fiel a si misma, se deja llevar pendiente abajo cediendo a la atracción de la gravedad, como parte del planeta, siguiendo el curso de los rios cuando son rios y siendo lago o cascada segun sea la textura del terreno.