Para nadie es novedad que vivimos en un mundo en crisis,
donde los conflictos parecen polarizarse y el descontento aumentar, mientras el
sistema económico deja al descubierto su ineficacia para satisfacer las
necesidades básicas de la mayoría de la población. Lo que sí nos parece
novedoso es que esta crisis, que no es exclusiva de ningún país en particular,
está despertando en las personas un sentimiento de descontento generalizado que
nace de una gradual toma de conciencia, de un darnos cuenta de que las
alternativas existentes ya no nos satisfacen, que las soluciones políticas que
se barajan no despiertan nuestra confianza ni menos nuestro entusiasmo, y que
por último, ya estamos hartos de promesas que nunca se cumplieron.
Lo nuevo es este despertar de la conciencia que nos permite
evaluar la realidad desde una perspectiva diferente, una nueva visión adquirida
mediante el proceso de autoconocimiento como seres en proceso de evolución y
capaces de cocrear nuestro destino. No en vano nos hemos pasado los últimos 30
años indagando sobre quienes somos y tratando de conectarnos con nuestro ser
interno, practicando diversas disciplinas para aquietar la mente y escuchar al
corazón. Lo que es novedoso en este cambio, es que se está desarrollando desde
adentro hacia afuera, es decir, evolucionamos desde el ego a la esencia,
conectándonos con nuestro ser interno para adquirir la conciencia de unidad con
todos los seres.
(continuará).